Satélites: la clave para lograr la inclusión digital en América LatinaPor: Kevin Cohen, gerente general de Broadband al Consumidor para México y Centroamérica de Viasat.
Ciudades como Santiago, Sao Paulo, Buenos Aires o Bogotá tienden a dar la impresión de que toda Latinoamérica está conectada, por lo que parece que tener acceso a Internet de alta velocidad no es un gran reto para la región. Por ejemplo, la Ciudad de México brinda Wi-Fi gratuito en gran parte de su Sistema de Transporte Colectivo Metro y planea dar cobertura en todas sus líneas para 2019. Sin embargo, al adentrarse en zonas rurales de Latinoamérica, la oferta desvanece significativamente.
Una muestra de ese contraste era La Ciénega de González, una comunidad de Nuevo León ubicada en un valle remoto entre las montañas de la Sierra Madre. Mientras que en Monterrey, la capital del estado, casi todos tienen acceso a Internet, como en la mayoría de las ciudades del país, en esta localidad, ninguno de los 300 habitantes contaba con conexión a la web o servicio de celular.
En poblaciones pequeñas como esta, los gigantes de telecomunicaciones encuentran poca rentabilidad en instalar fibra óptica o una torre celular para dar servicio a unos cuantos clientes, con tan poco retorno de inversión por usuario debido a su baja densidad de población, una métrica clave que determina la toma de decisiones en el ámbito de las telecomunicaciones y redes inalámbricas. Esta situación ha dado como resultado que un tercio de las personas que viven en el estado no cuenten con acceso a Internet.
De la misma forma, las estadísticas se agravan conforme se viaja hacia el sur de México. En Chiapas, al filo de la frontera guatemalteca, sólo hay conexión a Internet para 17% de la población. Este escenario se replica a lo largo de Latinoamérica, entre los pueblos enclavados en los valles andinos o extendidos en las planicies de la Patagonia. Todas estas comunidades están del lado incorrecto de la inclusión digital, desfavorecidas por los retos geográficos, su baja población y el poco poder adquisitivo.
La clave para revertir escenarios similares a los de La Ciénega de González y lograr la inclusión digital podría radicar en el servicio Wi-Fi Comunitario basado en Internet de banda ancha por satélite. Los avances son hoy claros en dicha comunidad neoleonese, donde Viasat instaló una antena de satélite, así como un punto de acceso para Wi-Fi de alta velocidad, para atender las necesidades de los 300 habitantes en 500 metros a la redonda.
Con una velocidad de alrededor de 25 megabits por segundo (Mbps), la conexión es lo suficientemente rápida para que los usuarios puedan descargar videos, para que las familias a kilómetros de distancia puedan chatear en video y para que los niños de las escuelas locales investiguen para su proyectos de clase. Es decir que, por el mismo precio de una bolsa de papas fritas o una lata de refresco, las personas pueden navegar en Internet sin restricciones.
Al dar servicio de Wi-Fi Comunitario a pueblos remotos en Latinoamérica, Viasat pretende cumplir un plan que comenzó en 2014, cuando adquirió NetNearU, líder en sistemas de Wi-Fi remoto. Utilizando la tecnología de dicha compañía, Viasat ha instalado puntos de acceso en más de mil sitios en México, haciendo que haya Internet a tan sólo unos pasos para más de 500 mil personas en zonas desconectadas.
Viasat está concentrado en lograr la inclusión digital, con el fin de asegurar que las comunidades y sus habitantes sean parte de este movimiento. Los grandes resultados pueden verse en Nuevo León, donde antes de los satélites, los estudiantes tenían complicaciones para hacer la tarea que sus maestros en pueblos más grandes les encargaban. Ahora, pueden hacer su trabajo en casa, terminar sus tareas en tiempo y forma, y sumarse a la comunidad digital. También lo evidencian los farmacéuticos y personal de salud que ahora pueden buscar en línea las dosis de medicamentos adecuadas en caso de alguna emergencia; o, tal vez, los fanáticos de futbol que apoyan a su equipo mientras ven el juego en streaming.
Las ventajas de los satélites radican en que no hacen distinción cuando se trata de áreas rurales: la señal no tiene restricciones de terreno o distancia, factores que limitan las conexiónes de otros sistemas inalámbricos. En ese sentido, la inclusión digital puede lograrse a través del poder y la alta capacidad de los satélites, combinados con la tecnología del Wi-Fi Comunitario. Viasat lo está logrando una comunidad a la vez en Latinoamérica y tiene la aspiración de llevar estas innovaciones a áreas donde las compañías de telecomunicaciones no pueden o no han pensando en llegar.