Desde el despegue hasta la ruta de vuelo del futuro: una mirada a los orígenes y al enorme potencial del Wi-Fi a bordo

traveller use cellphone near window seat at airplane
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En la década de 1990, acceder a internet significaba esperar y escuchar un tono de acceso telefónico en la computadora de tu hogar antes de poder sentir la emoción de tener todo un mundo de información a tu alcance. Dicha emoción a menudo duraba muy poco y se convertía en frustración cuando se agotaba el tiempo de conexión y tenías que repetir el proceso de marcado.

¡Todo era aún peor cuando alguien quería hablar por teléfono y te interrumpía!
Parece que esto fue hace mucho tiempo, dada la facilidad con la que hoy todos estamos conectados de manera constante e instantánea a través de nuestros teléfonos inteligentes y otros dispositivos, pero internet ha recorrido un camino increíblemente largo en un espacio de tiempo relativamente corto. Lo mismo está sucediendo ahora a 35,000 pies de altura.

En 2004, varios años después de que comenzáramos a conectarnos vía línea telefónica a internet desde nuestro hogar, Lufthansa de Alemania se convirtió en la primera aerolínea comercial en proporcionar conectividad a bordo a sus pasajeros, lo cual fue posible gracias a un acuerdo con Boeing para su servicio pionero de conectividad en vuelo de alta velocidad, “Connexion by Boeing”, que el fabricante estadounidense de aviones anunció por primera vez en 2000.
Sin embargo, la recesión en la industria de las aerolíneas estadounidenses a principios de la década de 2000 significó que las aerolíneas que habían considerado lanzar el servicio detuvieran todo, así que Boeing tuvo que “cambiar sus planes y retrasar su presentación comercial”, según un comunicado en el sitio web del fabricante.

A los pasajeros de ese primer vuelo conectado a internet de Lufthansa (ruta Múnich - Los Ángeles) se les cobró 30 dólares (670 pesos de hoy) para acceder al servicio durante la duración de su viaje, o 10 dólares (220 pesos de hoy) por 30 minutos y luego 25 centavos de dólar por minuto.

Como Paul Metselaar, presidente y director ejecutivo de Ovation Travel Group, escribió en en este artículo para US Business Publication Inc., esas primeras conexiones a bordo fueron “generalmente lentas e irregulares, y el uso inicial del servicio requirió cables grandes y torpes, pero también hubo una innegable emoción al navegar por internet y enviar correos electrónicos a 30,000 pies.”
La semilla se había plantado bien, a pesar de que Boeing terminó desconectando su servicio “Connexion” en 2006. En ese momento, su presidente y director ejecutivo, Jim McNerney, dijo que el mercado de Wi-Fi en vuelo “no se había materializado” como la compañía esperaba.

Ésta fue, posiblemente, una salida mal programada del mercado de conectividad a bordo. Al año siguiente, Apple lanzó su primer iPhone y el teléfono inteligente se convirtió rápidamente en el gadget omnipresente que es hoy.

La siguiente ola del wi-fi a bordo
Después de la salida de Boeing, una ola de proveedores de conectividad a bordo comenzó a regar la semilla que había plantado, y el mercado de Wi-Fi en el aire empezó a crecer. Uno de esos proveedores, Viasat, tenía una ventaja clave: había suministrado los terminales de banda ancha utilizados por Boeing para su servicio “Connexion”.

Esta participación temprana, junto con el desarrollo de Viasat del sistema de comunicaciones SKYLink para lo que entonces era el servicio de conectividad de banda Ku de ARINC usado en aviación comercial, le ayudó a obtener las habilidades necesarias para lanzar su propio servicio de banda ancha a bordo con JetBlue Airways en diciembre de 2013.

El revolucionario servicio de banda ancha Ka-band de JetBlue, nombrado por la aerolínea como “Fly-Fi” y posibilitado por Viasat, representó un cambio radical en la velocidad y la calidad del Wi-Fi a bordo: por primera vez, los pasajeros pudieron acceder a internet en el aire sin tener que competir por el ancho de banda con sus compañeros de viaje.

Cuando se lanzó el servicio con JetBlue, Don Buchman de Viasat dijo en un comunicado de prensa: “Hay una simple razón por la cual los pasajeros no han logrado tener acceso rápido a banda ancha: las tecnologías heredadas no permiten una cantidad suficiente de entrega de ancho de banda al avión a un costo que tenga sentido para aerolíneas o consumidores.

“(El servicio de Viasat) cambia el juego. Creemos que los pasajeros realmente disfrutarán de una rápida experiencia en línea que se parezca más a la que tienen en su hogar u oficina para usar correo electrónico, navegación web, redes sociales y otras actividades comunes en internet durante el vuelo.”
Las cosas han avanzado mucho desde entonces. ViaSat-2 se lanzó en 2017, brindando aún más capacidad y mayor cobertura, y cada vez más aerolíneas de todo el mundo han instalado el servicio de banda ancha a bordo de Viasat en sus aeronaves.

ViaSat-2 amplió la cobertura de la banda Ka para incluir las principales rutas aeronáuticas y marítimas a través del Océano Atlántico, uniendo América del Norte y Europa.

Expectativas cambiantes
Avancemos rápidamente hasta hoy, donde, para la mayoría, el Wi-Fi aéreo ya no se considera un lujo. De hecho, los pasajeros no sólo lo esperan, sino que dan por hecho que funcionará tan bien como en tierra. En el futuro, también pueden esperar que sea gratuito, como lo es en los vuelos de JetBlue.
Pero hay un precedente para cambiar las expectativas en lo que respecta al servicio de internet.

No hace mucho tiempo, el acceso a Wi-Fi en los hoteles era irregular y costoso. Esto ya no se considera aceptable: los huéspedes ahora dan por sentado que podrán acceder a internet en sus habitaciones para ponerse al día con el trabajo o navegar por sus redes sociales, sin tener que firmar un voucher o dar su tarjeta de crédito.

Se espera que esta misma tendencia llegue al internet a bordo, y los satélites de alta capacidad como los operados por Viasat lo harán posible.

La capacidad, calidad y velocidad introducidas en el mercado de conectividad aérea por la tecnología satelital mejorada también están teniendo un profundo impacto en el entretenimiento a bordo: permite que los pasajeros sean activos en lugar de pasivos en el tipo de contenido que consumen.

En el pasado, las pantallas dentro de los aviones les mostraba la misma película a todos, y si no te gustaba, lástima. Tal vez lo mejor que podías hacer es dormir o escuchar música.

Más adelante, las pantallas en respaldos de asientos y los amplios catálogos de películas y programas de TV les dieron a los pasajeros más opciones de entretenimiento: si recorren los menús durante el tiempo suficiente, es más probable que encuentren algo que les interese.

El aumento y la mejoría de la conectividad a bordo basada en satélites de alta velocidad brinda una nueva dimensión de elección en lo que respecta al entretenimiento: permite a los pasajeros transmitir su propio contenido a sus dispositivos cuando ellos lo decidan, tal como lo hacen en tierra. Así mismo, les permite ver eventos deportivos en vivo y comunicarse en tiempo real con amigos, familiares y compañeros de trabajo mientras viajan.

Y no sólo los pasajeros se ven beneficiados: un avión conectado a internet le ayuda a la tripulación a dar un mejor servicio a sus clientes. Ya sea que estén realizando transacciones de tarjetas de débito en tiempo real mientras vuelan, proporcionando información de transferencia de vuelo detallada y actualizada antes del aterrizaje, o brindando un servicio más personalizado basado en las preferencias de cada quien, el acceso rápido y confiable a internet lo hace todo posible.

Y no sólo eso: una cabina conectada proporciona a los pilotos acceso a las últimas actualizaciones del clima y tráfico aéreo, lo que puede ayudarles a planificar mejor sus rutas para evitar condiciones adversas y congestionamientos.

Esto no solo reduce los retrasos, sino que también puede hacer que el avión queme menos combustible al encontrar rutas más eficientes, un beneficio mutuo tanto en términos de reducción de costos para la aerolínea, como de emisiones de dióxido de carbono.

Más satélites, más oportunidades
En el futuro, se espera que oportunidades de patrocinio permitan a las aerolíneas satisfacer la demanda a bordo de Wi-Fi de cortesía. Se ha demostrado en las aerolíneas que ya ofrecen acceso gratuito a banda ancha, como JetBlue y Qantas (ambas en colaboración con Viasat), que las tasas de aceptación aumentan dramáticamente cuando los pasajeros no tienen que pagar.

Entre más personas se conecten, habrá más oportunidades de publicidad dirigida a esta audiencia cautiva, lo cual da lugar a la posibilidad de que empresas externas patrocinen el servicio, compensando así el costo para las aerolíneas y permitiéndoles dar acceso gratuito a sus pasajeros.

Esto ya está sucediendo en JetBlue a través de un acuerdo de patrocinio de valor agregado con Amazon. El gigante minorista en línea ofrece a los usuarios de JetBlue que acceden a Wi-Fi a bordo una prueba gratuita de 30 días de su servicio Prime, lo cual es una triple victoria: los pasajeros disfrutan de conexión gratuita, Amazon accede a posibles nuevos clientes de Prime, y JetBlue puede compensar el costo de proporcionar conexión a bordo.

Nada de esto podría suceder sin una conexión a internet rápida y confiable habilitada por una constelación satelital de alta capacidad. Viasat se acerca al lanzamiento de su próxima constelación ViaSat-3, misma que le permitirá ofrecer una cobertura completa de banda Ka global para aerolíneas. Se espera que el primer satélite ViaSat-3 se lance en 2021.

Se estima que cada uno de los tres satélites ViaSat-3 ofrezca más de 1 terabit por segundo de capacidad total de la red, un salto sustancial desde ViaSat-1 (que ofrecía aproximadamente 140 gigabits por segundo o Gbps) y ViaSat-2 (aproximadamente 260 Gbps).

Esto significa que la banda ancha a bordo de Ka global, rápida, confiable y de alta calidad, y todas las oportunidades de patrocinio corporativo y acceso gratuito para los pasajeros que la acompañan, serán aún mejores.

Mientras tanto, las aerolíneas en regiones que aún no están cubiertas por la red de banda Ka de Viasat pueden acceder a su servicio a través de una antena híbrida Ku / Ka, lo que hoy proporciona una solución global destinada a ser compatible con la tecnología ViaSat-3 del futuro.

Toda esta capacidad también abre nuevas oportunidades sobre el entretenimiento a bordo del futuro. Por ejemplo, los lentes de realidad virtual algún día podrían convertirse en algo común en las cabinas de los aviones: los pasajeros se sumergirían en un mundo de contenido en vivo.

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La conectividad a bordo será aún más importante en un mundo post-COVID, donde el deseo de permanecer conectado en todo momento probablemente sea aún mayor (recordemos que de por sí ya había una fuerte demanda antes de la crisis sanitaria).

Las medidas de confinamiento destinadas a frenar la propagación de la enfermedad han hecho que internet sea aún más importante en la vida de las personas, ya que todos nos hemos visto obligados a trabajar, estudiar, comprar y entretenernos desde casa a través de nuestras conexiones de banda ancha.
Si bien la industria aeronáutica se ha visto muy afectada por las restricciones de viaje relacionadas con la COVID-19, la demanda volverá a incrementarse e irá de la mano con un mayor deseo de mantenerse conectado, no sólo para trabajar o las interacciones sociales, sino también para el entretenimiento personalizado.
En el futuro, serán ilimitadas las opciones de Wi-Fi a bordo para pasar el tiempo en vuelos largos, y estarán muy lejos de las conexiones lentas y poco confiables que han caracterizado los servicios aéreos de banda ancha del pasado.

El cielo realmente es el límite y Viasat, que ha estado ahí desde los inicios del Wi-Fi a bordo, continuará desempeñando un papel predominante en el avance de este emocionante mercado de rápido desarrollo.

Alex Miller