A pesar de que estos términos se usan indistintamente, “Internet” y “Wi-Fi” no son lo mismo. Mientras puedan conectarse, a la mayoría de las personas no les importa la diferencia y eso, en la mayoría de los casos, está bien.
Pero si tienes problemas para mantener una conexión estable a través de todos los dispositivos de tu hogar, comprender la diferencia entre ambos términos y cómo funciona el Wi-Fi puede ayudarte a mejorar tu experiencia en línea.
Internet es un sistema global de redes de computadoras que une servidores privados, públicos, comerciales y gubernamentales, convirtiéndose en una vasta fuente de información y servicios. El gobierno de Estados Unidos encargó la primera versión rudimentaria de lo que se convertiría en Internet en la década de 1960, con la intención de crear un sistema de comunicaciones entre universidades específicas. El primer mensaje, “LOGIN”, se envió a través de las líneas telefónicas rentadas de ARPANET en 1969.
Aunque el inicio de sesión todavía es una parte importante de la vida en línea, esos primeros científicos informáticos nunca se hubieran imaginado un Internet público que nos vinculara a seres queridos a través de videollamadas o Facebook; que nos ayudara a obtener títulos y certificaciones sin poner un pie en un aula, aboliera la semana laboral de 9 a 5, permitiera realizar compras las 24 horas del día o convirtiera el amor en una serie de deslizamientos a la derecha o a la izquierda.
Internet es el sistema físicamente seguro que funciona a través de cable y fibra y que proporciona todos esos servicios, incluso el Internet satelital depende de la fibra para transmitir señales desde y hacia estaciones terrestres. Wi-Fi, por otro lado, es la forma inalámbrica en que la mayoría de nosotros ahora accedemos a Internet. La Universidad de Hawai realizó la primera transferencia de datos inalámbricos en 1971, utilizando ondas de radio de frecuencia ultra alta para conectar siete computadoras a través de las islas de Hawai. Pero no fue sino hasta casi 15 años después cuando la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos abrió bandas para uso sin licencia que sentaron las bases del Wi-Fi moderno. La Alianza WiFi, fundada en 1999, estableció estándares para ello en todo el mundo.
El Wi-Fi nos liberó de los cables, pero también de los escritorios y las oficinas, y además abrió la puerta para el Internet de las Cosas, una tecnología en línea que está cambiando rápidamente nuestra vida cotidiana.
Solución de problemas con conexiones Wi-Fi Por más transformador que sea, el Wi-Fi no es perfecto. Cuando “el Internet” se alenta en tu casa, es muy probable que el enrutador inalámbrico esté causando el problema.
La forma más fácil y, a menudo, más efectiva de solucionar la lentitud de una conexión es reiniciar tu módem y/o enrutador. El Viasat Gateway incluye una opción para que los usuarios hagan un “reinicio por software” del enrutador Wi-Fi. Cuando presionas el botón, obligas al enrutador a abandonar momentáneamente todas las conexiones, revisar los canales disponibles en el espectro y elegir los menos llenos. Es una forma rápida y fácil de obtener la mejor conexión posible. El botón de reinicio está en la esquina posterior derecha de la puerta de enlace. Usa la punta de un lápiz o un clip para presionar el botón, pero no lo mantengas presionado por más de cinco segundos.
Si esto no funciona, desconecta el Gateway y vuelve a enchufarlo. Lo mismo ocurre con cualquier otro módem o enrutador que puedas tener. ¡A veces, esa simple solución es todo lo que necesitas! Al igual que las carreteras se congestionan con el tráfico, el Wi-Fi también se alenta por el uso intensivo. Ese congestionamiento puede deberse a tener muchos dispositivos conectados al mismo tiempo. O, si vives en una gran ciudad, podría deberse a que habitas un edificio con saturación de enrutadores y dispositivos inalámbricos.
Cambio de canales Si tienes un módem más nuevo, como Viasat Gateway, hay un atajo que puedes tomar para evitar este “congestionamiento” virtual. Los módems más nuevos generalmente ofrecen a los usuarios una opción entre las frecuencias de 2.4 y 5 GHz.
La frecuencia de 2.4 GHz tiene un mayor rango, pero la banda es estrecha, suele estar saturada y, a menudo, es más lenta. Entonces, al menos hasta que la congestión disminuya, intenta cambiarte a la banda de 5 GHz, que tiene un rango más corto, pero cuenta con capacidad para más dispositivos al mismo tiempo y para intercambiar datos rápidamente.
Ahora bien, el problema podría ser simplemente que la señal está bloqueada. Las señales de Wi-Fi funcionan mejor cuando viajan en línea directa. Las paredes, los muebles y otros objetos, especialmente aquellos con metal, pueden bloquear la señal. Mantener tu enrutador en un lugar alto y al centro de tu hogar puede ayudar al desempeño del servicio.
Si tu señal de Wi-Fi es buena y, sin embargo, no puedes conectarte, el problema puede ser el router, alguna de las conexiones o el módem: comprueba si todos tus dispositivos están conectados; si es así, reinicia tu router. Si tus dispositivos están conectados al Wi-Fi, pero sigues percibiendo lentitud en la conexión, aun después de haber reiniciado el enrutador y/o el módem, el problema puede deberse a la “congestión” o a algún otro problema con tu servicio. Dale un poco de tiempo para que se estabilice y si el problema persiste, contáctanos y con gusto te ayudaremos.